“Uno nunca está listo para esas decisiones que alteran el ritmo cómodo en el que se ha instalado con el paso del tiempo”.
“Uno nunca está listo para esas decisiones que alteran el ritmo cómodo en el que se ha instalado con el paso del tiempo”.
Por años coqueteaste con la idea. No obstante, no te decidías a lanzarte a la aventura. Siempre había algo que resolver antes de dar el paso. Así fue pasando el tiempo y cuando abriste los ojos pensaste, “ya para qué… a estas alturas del juego”. Pero, como en el panorama de la vida muchas veces las cosas salen como les da la gana a ellas y no como uno quiere, una mañana te topas con que aquello que tu mente había almacenado en la trastienda ahora es realidad.
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