Especias, resinas, maderas exóticas, hierbas, hasta aceites esenciales de origen animal, son algunas de las materias primas que la perfumería árabe ha usado tradicionalmente para crear aromas cautivantes. Es por eso que muchas familias árabes preparan su propio “bakhoor”, un tipo de incienso que utilizan para purificar sus hogares. Mezclan diversos ingredientes -con un nivel de sofisticación que en algunos casos pudiera considerarse un arte en sí mismo- hasta conseguir una pasta que se seca al sol, que se convierte en un bloque, se divide en trozos pequeños y luego se quema.