Aquella mañana entré al supermercado practicando la bondad amorosa, deseando que todo el mundo encontrara lo que necesitaba y tuviera paz
Aquella mañana entré al supermercado practicando la bondad amorosa, deseando que todo el mundo encontrara lo que necesitaba y tuviera paz
Aquella mañana entré al supermercado practicando la bondad amorosa, deseando que todo el mundo encontrara lo que necesitaba y tuviera paz. Cuando llegué a la caja, el señor que hacía la fila tras de mí me buscó un carrito para que pudiera llevar mi compra al vehículo. Su amabilidad y desprendimiento me inspiraron. Cuando salí del supermercado, un joven me pidió dinero para desayunar. Pensé en las barras de cereal y el jugo orgánico que llevo en el carro para la gente con hambre, pero no sabía si me quedaban, y recordé que el señor en la fila fue tan amable conmigo que quería expresarle esa bondad a otro.
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