"Hoy, entre lágrimas, mira su tristeza y con desilusión su soledad. "Ya nadie tiene tiempo para mí, nadie me viene a ver'".
"Hoy, entre lágrimas, mira su tristeza y con desilusión su soledad. "Ya nadie tiene tiempo para mí, nadie me viene a ver'".
Su mirada rebotaba en la esquina donde se unen la calle Igualdad con un callejón sin nombre. Mirada cansada y sin final. Con ella explora su piel arrugada y seca, sus uñas quebradas, sus piernas hinchadas. Sus ojos ya no lo reconocen. Desde su balcón observa todo, aunque ya no entiende nada. Gente va y viene. Sueltan un saludo y siguen. Nadie se percata de la tristeza que albergan sus ojos anegados en vejez y soledad. Aletargado pasa uno y otro día hasta que llegue su final.
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