Vida y mente en armonía
Vida y mente en armonía
“Orden en la vida y la vida en orden”, me dijo un día Irelsa de la Mata, una buena amiga de mi madre, al ver el reguero que dejaba sobre una mesa de trabajo. Era bien joven. Durante las Navidades me ganaba unos pesos haciendo lazos que decoraban bellas canastas que se convertían en festivos obsequios. A mi paso iba dejando tijeras, pedazos de cinta, alambres y cualquier otro material que facilitaba y dejara volar mi creatividad. Irelsa, con paciencia casi maternal, iba detrás de mí recogiendo todo lo que iba soltando a mi paso. Llegó el día en que no aguantó más. Me miró y con firmeza me dijo: “Uno no puede ir por la vida como un torbellino revolcando todo y dejándolo como si no pasara nada”. Y remató con la frase que comienzo esta columna.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: