Son muchas las personas y refugios que con afán buscan darles voz a los animales desprotegidos víctimas de dueños negligentes
Son muchas las personas y refugios que con afán buscan darles voz a los animales desprotegidos víctimas de dueños negligentes
Esta es Tachi. Apenas llegaba a las cuatro semanas de vida cuando alguien la tiró en una curva de una carretera de un pueblo montañoso del centro de la Isla. Se le cruzó en el camino una noche de lluvia a un amigo que tiene por costumbre detenerse en diferentes puntos para darle comida a la decena de perros realengos que se va encontrando durante el viaje. Criaturas hambrientas, heridas, maltratadas que en algún momento pertenecieron a algún hogar en el que se les prometió una vida digna.
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