Al rescate de la individualidad
Al rescate de la individualidad
Hace unos cuantos años, más de quince, más de veinte, me tropecé en el camino de la vida con una persona que me dejó pocas cosas buenas, una de ellas fue conocer las canciones de Joaquín Sabina. El tiempo permitió que la voz del cantante llegue sin que el mal recuerdo se me enrede en los pies. No duró mucho, pero lo necesario como para dejar un gusto a retama que a veces amarga menos y otras más. “Ese no es, ni será uno de los grandes amores de tu vida”, me dijo alguien viendo una realidad a la que yo no llegaba. Y es cierto, no lo fue, pero además de unas melodías con él aprendí a no olvidarme de mi nunca más.
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