El diseñador Gustavo Arango ya es abuelo. Desde hace unos meses, el modisto había comunicado a través de sus redes sociales que su hijo Javier Enrique y su pareja Samantha Sperutelli estaban a la espera de su primer hijo.

“La llegada de Enzo ha sido maravillosa. Que llegue en 2021 lo veo como un renacer, un nuevo comienzo, un momento para transformarnos y evolucionar con las lecciones que nos dejó el 2020, pero con un corazón y una mente positiva”, menciona el diseñador

Aunque los nuevos padres residen en Virginia, Arango se ha disfrutado el embarazo a distancia y no ha perdido detalle de la llegada de su nieto. Comenta que anoche, mientras miraba fotos y vídeos del nuevo miembro de la familia no dejaba de maravillarse con “lo increíble que es la naturaleza. Es cuando te das cuenta de que lo que importa no es lo que tienes en el banco, sino de tener una familia sana y llena de amor”.

“Se supone que hubiese nacido hace cinco días y ayer terminaron haciéndole una cesárea. Pesó ocho libras y midió 21 pulgadas de largo. Es un bebé grande… Es mi primera experiencia como abuelo, he estado toda una semana soñándolo. Me levantaba temprano a meditar y envolverlo en una energía positiva para que naciera bien”, relata.

Hace 18 años y luego de un gran esfuerzo y muchos trámites, Arango se convirtió en el padre legal de Javier Enrique, Romario y Carolina. El diseñador dividió su tiempo entre su arduo trabajo en el competitivo mundo de la moda y la paternidad, pero siempre ha estado confiado que tomó la decisión de ser el padre de tres hermanos que, al igual que él, nacieron en Colombia, aunque se han criado en Puerto Rico.

 “La vida es una maravilla. Esto es parte de lo que he creado hace muchos años. Es el caminar de la vida. Hoy estoy sentado en la silla de ser abuelo y seguiré en la de padre. Me siento con un corazón lleno de mucho amor”, asegura.

Debido a la situación de la pandemia, Arango no pudo estar físicamente junto a su hijo en el momento del nacimiento de su nieto, pero destaca con mucha alegría que no ve la hora en que pueda cargarlo y llevárselo a conocer los rincones de Puerto Rico.

Según el diseñador, la pandemia ha traído muchos retos económicos y profesionales, pero también le ha hecho valorar lo que considera más importante en la vida, que es la familia y cultivar su interior.

“He ido trabajando con mi ser en los últimos meses, he estado en la sintonía con la naturaleza. Estamos entrando en la era de Acuario que representa un cambio contundente, es el despertar de los procesos evolutivos y yo estoy evolucionado y reinventándome. Desde que supe que iba a ser abuelo he estado preparándome para esta cosa que es maravillosa. Busca cada día convertirme en un mejor ser humano”, concluye.